martes, 9 de diciembre de 2008

Sobre el absurdo de la vida.


En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que los animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto mas altanero y falaz de la "Historia Universal"; pero, a fin de cuentas, un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante pero, con todo, no habría ilustrado suficientemente bien cuán lastimoso, cuán sombrío, cuán esteril y arbitrario es el estado en que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza. Hubo eternidades en las que no existía; cuando de nuevo acabe todo, para él no habrá sucedido nada, puesto que para ese intelecto no hay ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la propia vida humana.



Posiblemente el texto que mejor me ayuda a comprender cual es mi sentido en esta vida. Cuando me siento perdido, leo y me doy cuenta de que no soy nada. Lo cual lejos de alterarme, me tranquiliza.

2 comentarios:

Gabiprog dijo...

Hace unos cuantos años leí un articulo de cómo ‘nuestro’ sol podría morir... Fue justamente un pensamiento muy parecido al que describes... ufff

Karla Galaviz dijo...

mE EncantO lO de la mazOrca jajaja

me hizO tambien a mi sOnreir =)

ssalUdOs