lunes, 1 de diciembre de 2008

Retiro

Me abstraje un momento. Al despertar de mi letargo me reconocí en una sala rodeado de personas, gentes que en algún momento de mi existencia han sido, son y serán partes fundamentales de mi persona.
Observé en silencio, agarrado de la mano del anonimato del que contempla. Advertí el calor que emanaba de sus cuerpos, aquel que fluía en el aire y hacía todo aquello tan acogedor. Como un neonato embelesado que mira a su madre en su primera lactancia,
noté esa calidez propia del mismo Sol.
Discerní que estaba enamorado de todo aquello, entendí que allí estaba yo, con todo lo que ello implica. Como aquel amante que tiende hacia el amado, como aquella cabra que [dicen] tira al monte.
Indagué en el registro de mi memoria y recordé que siempre estuve aquí. Hubo un tiempo pasado en el que llegue a dudar cual Descartes, más hoy por hoy ni quiero ni puedo negarlo,
señores este es mi lugar.



..

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribí ese texto porque yo también estoy en segundo de Filosofía, y tampoco han conseguido callarme.
:)

Gabiprog dijo...

Hay momentos que hasta el más pequeño poro te confirma que estas en el momento justo, haciendo lo correcto y que en ello, no estas solo.

Un abrazo.