martes, 11 de noviembre de 2008

Tarde de lectura

He aquí una posibilidad de ciencia ficción discutida por los filósofos: imaginemos que un ser humano (el lector puede imaginar que es él quien sufre el percance) a sido sometido a una operación por un diabólico científico. El cerebro de tal persona (su cerebro, amado lector) ha sido extraído del cuerpo y colocado en una cubeta de nutrientes que lo mantiene vivo. Las terminaciones nerviosas han sido conectadas a una computadora supercientífica que provoca en esa persona la ilusión de que todo es perfectamente normal. Parece haber gente, objetos, cielo, etc.; pero en realidad todo lo que la persona (usted) está experimentando es resultado de impulsos electrónicos que se desplazan desde la computadora hasta las terminaciones nerviosa.


La computadora es tan ingeniosa que si la persona intenta alzar su mano, el "feedback" que procede la computadora le provocará que “vea” y “sienta” que su mano está alzándose. Por otra parte, mediante una simple modificación del programa, el diabólico científico puede provocar que la víctima “experimente” (o alucine) cualquier situación o entorno que él desee. También puede borrar la memoria de funcionamiento del cerebro, de modo que la víctima crea que siempre ha estado en ese entorno. La víctima puede creer incluso que está sentada, leyendo estas mismas palabras acerca de la suposición, divertida aunque bastante absurda, de que hay un diabólico científico que extrae cerebros de los cuerpos y los coloca en una cubeta de nutrientes que los mantiene vivos. Las terminaciones nerviosas se suponen conectadas a una computadora supercientífica que provoca en la persona la ilusión de…

No hay comentarios: