viernes, 31 de octubre de 2008

Y sentir que todo se repite.

Suena el despertador. Me levanto. Desayuno. ¿Tostadas o donuts?, Lo segundo es más rápido. Mientras se calienta la leche me lavo la cara. Repaso minuciosamente todas las mochilas que vigilan la puerta de mi casa. Hago una lista mental. Pasta de dientes, gel, champú (ya no lo necesito), mantas, música, portátil, sartén… ¿Sartén? ¿Dónde está la sartén?... corro.

Bajo las escaleras como si se me fuera la vida en ello. Estoy nervioso. Llego tarde. Es temprano, casi de noche. Todos estarán esperando. Llego. Comienza lo bueno. Repaso cabezas. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce… -¿Todos?, -Todos. Partamos púes.


Tras tres días con sus tres noches me doy cuenta de que he conocido a gente con la que he compartido mi vida día a día sin saber nada de ellos. Risas, llantos, peleas, reconciliaciones, amor, odio, en definitiva recuerdos.

Sólo quedan 26 noches, 624 horas, 37440minutos...

Gracias a todos los que estuvieron, gracias a todos los que estarán.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues si, lo pasaremos bien, pero habra nostalgia pork se exara de menos a los k estuvieron y no estaran.